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Noticia "El 'boom' de Mistura"

El Búho espera con ansias la feria gastronómica que arranca el martes 7.

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Este Búho asistió a “Mistura 2009”, un día de semana, a mediodía, cuando todavía no se vislumbraba el “boom” en que terminó convertido. Tuve la suerte de degustar un plato, de los mil 500 cebiches de lenguado, que preparó el gran chef Javier Wong. Eso fue lo que me agradó de “Mistura”. Para comer una delicia en su local de Santa Catalina, hay que hacer reservaciones con varios días de anticipación, incluso, hasta semanas.
El ciudadano común y corriente, difícilmente podrá acceder a saborear un manjar con todo el impacto visual que solo Wong puede brindar al público con su sable, cual samurái despellejando tremendos lenguados fresquitos. Los días posteriores, el evento se volvió una locura, al punto que llegaron a colapsar los servicios y ningún puesto o restaurante podía satisfacer a la rugiente clientela. Vi a Gastón Acurio realmente preocupado.
En realidad, debía haber estado feliz, pues había colas kilométricas fuera del local y Defensa Civil tuvo que prohibir el ingreso por seguridad. Ese domingo, apoteósico y dramático para los organizadores, les dejó un sabor dulce, pero a la vez amargo.
La satisfacción de haber logrado convocar a 150 mil peruanos, ojo, que pagaron su plata, para degustar la cocina peruana en todas sus variantes. Que se haya borrado las diferencias de “clase”, entre chefs famosos de reconocidos restaurantes con los de comida regional, norteña, de “huariques”, “huecos” y carretillas de los entrañables barrios limeños. Los dulces, los panes.
Los visitantes ingresaban al túnel del tiempo. Los provincianos se reencontraban con sus cecinas, su timbo, sus caldos de cabeza o sus pachamancas. Los limeños con la mazamorra, el cebiche, los anticuchos. Ese año hubo 170 mil platos en el patio de comidas, 200 mil porciones de carretillas y se consumió más de una tonelada de chancho al palo, entre otras cifras récords.
Este martes 7, “Mistura” volverá a abrir sus puertas y el presidente de la Apega, Bernardo Roca Rey, veterano de mil combates, cuando se trataba de defender la gastronomía peruana, junto a Gastón Acurio, prometen que se seguirán batiendo récords, continuarán democratizando la oferta, habrá más espectáculos en vivo y conferencias magistrales.
Además, el ingreso será controlado y no habrá cierrapuertas ni público con entrada impedido de pasar. Hay topes por fecha para que las colas sean razonables, pues en exceso pueden ocasionar que a varios se les reviente la hiel ante tantos manjares juntos. Allí estaremos como el año pasado, degustando un chanchito al palo o un chupe de camarones en “La nueva Palomino” arequipeña. Apago el televisor.